domingo, noviembre 29, 2009

De no dormir...

Es un pacifico fin de día en la tienda de don Remigio. Todos los empleados están terminando su trabajo, sus hijos, Julián y Jacinto hacen los últimos cortes de caja, la gente se está retirando con sus compras de fin de semana. Todo va bien, como suele. Sin embargo, las cosas estaban a punto de cambiar: afuera, esperando a que saliera doña Dolores, la última clienta, se encontraban un par de muchachos ansiosos por obtener su siguiente dosis. Al salir la última clienta y algunos empleados que habían terminado temprano, Roberto y German entran gritando y amenazando con matar a quienquiera que no hiciera lo que se les ordenaban.
Don Remigio, tranquilo, les dice a sus empleados y a sus hijos que se mantengan calmados, mientras que él entrega el dinero, pues siempre había considerado que durante un asalto es mejor terminar rápido y sin dolor. Le pide a Julián que meta el dinero a una bolsa de cartón y se la entregue a Roberto. Sin embargo German, envalentonado con la docilidad del viejo, decidió que quería más y grita con más fuerza:
-¡A ver, hijos de la verga! Me van sacando todas sus cosas de valor, sus carteras y celulares, porque me anda haciendo falta uno bien perrón, y se que alguno de ustedes, putitos, lo trae…
Roberto comenzó a asustarse, pues eso no era lo que habían convenido. Entramos, nos dan el dinero, y nos vamos, había dicho German.
Don Remigio les insto, con una seña, a que hicieran lo que German decía. Pero, al momento de que Rosita, la sobrina de don Remigio y prima de Julián y Jacinto le entrego su celular, German decidió que eso no era suficiente. Mojándose los labios y con una mirada lasciva le dijo a Rosita, mientras la jalaba hacía sí:
-vengase mamacita, Uste’ y yo nos vamos a divertir… A ver Roberto, cuídame a estos pendejos que no me interrumpan.
En ese momento, Julián, fuera de sí, se abalanzó sobre German, quien advirtió sus intenciones y le dio un cachazo en la frente que le hizo desvanecerse.
-No se me ponga sabroso, culero, le dijo tronando los dedos y apuntándole. Acto seguido, le pateo la cara, haciendo que su labio se reventara y saliera un hilo de sangre, que cada segundo se hacia más abundante.
Don Remigio al ver esto le grito a Roberto, mientras se acercaba hacía él, quien claramente se estaba impacientando, y no había dicho palabra desde el brusco cambio de planes por parte de German:
-¡Ya váyanse, cabrones! ¡Ya tienen el dinero y las cosas que querían, dejen a mi sobrina en paz!
-¡Cállese a la verga, viejo pendejo! ¡Aquí yo soy el que mando! Dijo German, mientras le apuntaba con la pistola, amenazador, ya que en su mente, creía que eso le parecería sensual a Rosita.
Don Remigio volteo hacía German, y le dijo: -
¡Ya estuvo bueno, hijo de tu chingada madre! ¡O se van, o los saco a la chingada!
-¡Que la verga! ¡Quien se me pone al brinco, se lo lleva la chingada! Y German, al decir esto y sin siquiera pensarlo, le disparo en el pecho a Don Remigio.
Roberto sintió que la sangre se le helaba. Presa del pánico, decidió correr hacia la parte trasera de la tienda, hacía el almacén, ya que en las películas, en ese tipo de lugares siempre hay una puerta trasera.
Por su parte, German, lleno de adrenalina comenzó a subirle la falda a Rosita, quien estaba paralizada y ni siquiera forcejeaba. Seguía viendo a su Tío, quien se moría en el sucio suelo.
Don Remigio se encontraba tirado, desangrándose. Jacinto sólo acertaba a verlo, porque no podía creer lo que pasaba.
Para ese momento Rosita ya estaba sin falda y German tenía el pantalón abajo, listo para penetrarla. Ya ni siquiera se preocupaba por los demás, ya que había demostrado que estaba dispuesto a todo.
Las lágrimas rodaban por las mejillas de Rosita, quien no podía hacer ya nada. Su mente simplemente estaba en otra parte.
Fue ahí cuando Jacinto sintió una punzada en el estomago. Se vio a sí mismo, cómo desde fuera de sí. No era más que un espectador:
Se vio tomar el cuchillo con el que tantas veces partió queso, tocino, jamón… sin siquiera pensarlo fue hasta donde German estaba violando a Rosita. Miro las bragas rotas, y sin mirar siquiera, le enterró repetidas veces el cuchillo en el cuello, debajo de la nuca. La sangre cayó sobre la cara de Rosita y comenzó a gritar, pues ahora se daba cuenta de lo que estaba pasando.
German, ahogándose en su propia sangre, hizo dos detonaciones, que no llegaron más allá del suelo.
Jacinto, aún viéndose a sí mismo, dejo el cuchillo enterrado en German y se dirigió con paso firme hacía el almacén, donde Roberto se escondía. Hasta ahí llegaba el lamento de German. Cada intento de respirar dejaba pasar más sangre hacía los pulmones. Y todo eso llegaba a oídos de Roberto, quien se preguntaba cómo chingados se habían salido tanto de control las cosas.
Jacinto se puso frente a la puerta del almacén. No se imaginaba que Roberto estaba detrás, apuntando nervioso, y aceptando que de ahí no saldría con vida, pues no había puerta trasera. Todo sucedió cómo en cámara lenta: mientras Jacinto la abría, el ladrón se ponía más inquieto. Con la mano temblándole, comenzaba a apretar el gatillo del arma, dirigiéndolo hacía la puerta que se abría… no pudo contenerse más, y disparó. Se oyó un fuerte estruendo y Jacinto, con un fuerte dolor de cabeza cayo al suelo, mientras el ladrón huía con el botín, por la puerta delantera, sin que nadie se atreviera a hacer nada. Paso junto a German, quien terminaba de morirse. Le dirigió a Roberto una mirada suplicante, que jamás olvidaría. Los demás empleados se acercaron gritando. Jacinto, aún en el suelo, la mirada clavada en la sangre esparcida en la pared y seguramente en shock, le preguntaba gritando a los demás: ¿Esa sangre es mía? ¿Esa sangre es mía? ¡Chingada madre, alguien que me diga si esa sangre es mía!
Tiempo después, Jacinto y Julián se encontraban afuera de la tienda, charlando.
-¿Sabes? Julián le dice a Jacinto -Deberías irte a vivir a Playa Ilusión… sé de buena fuente que ahí las rentas son baratas y hay buenas escuelas… Julián se detiene, y le dice a Jacinto: -pero, pos ya cómo, ¿No?
Pues sí, piensa Jacinto para sí- Si mi Papá se murió, ahora me va a ser más difícil seguir con mi vida, por qué lo extraño y estas cosas siempre me afectan demasiado… Jacinto suspira y mira, con añoranza hacía la tienda. Ve que su Padre sale de ella, caminando con dificultad, porque aún sigue en terapia, por la descarga que recibió en el pecho. Se ve abatido y cabizbajo… y entonces, le dice a su hermano:
-ah cabrón… pos me moría, ¿’eda?
Julián le contesta:
-si, Carnal… y me Jefe ha estado bien triste… tantas ganas que ha tenido de jugar fútbol contigo…
Jacinto mira a don Remigio, y siente una punzada en el pecho. No puede contener las lágrimas. Le dice a su hermano:
-pues dile que ‘orita, al cabo aquí estoy.
Julián suspira y va con don Remigio y le explica que Jacinto está ahí, listo para que jueguen un último partido de fútbol. Don Remigio no le cree a Julián, sin embargo, accede para darle gusto a su, ahora, único hijo. ¿Qué quieres que haga? Le dice don Remigio.
Haz cómo que juegas con una pelota imaginaria. Jacinto está aquí, jugando contigo. Pero le parece una tontería hacer eso con el éter, y desiste. Jacinto, ante su impotencia, le da un fuerte abrazo y le dice que lo quiere. Ahora don Remigio siente en verdad la presencia de su hijo muerto. Se sienta en la banqueta, abrumado y comienza a llorar con mucho sentimiento…

lunes, noviembre 09, 2009

Reconstrucción

De antemano pido una disculpa al hipotético lector, si considera que mi lectura es errónea:

El otro día, fui a la casa de campaña del Aristóteles, debido a que le estamos armando un Atlas de vulnerabilidad y Riesgo Social a su Esposa. Ya en sus dominios me topé con la imagen que incluyo a continuación:
Photobucket
Como vemos, en la imagen de arriba, el discurso refiera a una teleología muy específica: que el PRI se está construyendo, con miras al siglo XXI. Sin embargo, lo que vemos más allá de una apropiación ingenua de éste cartel es que claramente viven aún en la época decimononica, en la que los caciques dominaban al pueblo, sin más. Por favor, alguien que les diga (¡Yo no¡) que el siglo XXI ya llego, ¿Vale?
Thankz...
PS: de fondo se oye Deftones, la de passenger...

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